Extracto del prólogo de José Carlos Mélida responsable de
ARBA Huelva
Queda ya muy lejos en mi memoria el día en el que planté mi
primer árbol y también la causa que me llevó a ello. Con franqueza he de
reconocer que en más de una ocasión me he preguntado por qué lo hacía y, sobre
todo, qué podría pensar la gente al verme con una azada en medio de la nada.
Lo cierto y verdad es que cada vez que me lo preguntaba algo
hacía que la respuesta surgiera sin esperarla, como si el destino me reprendiera
para que siguiera adelante a la espera de que alguna señal, casi divina,
hiciera que, al llegar a casa, el deseo irrefrenable de volver se apoderara
nuevamente de mí.
Ciertamente, verme solo en medio del campo con lluvia y
barro hace que una parte de mí se prepare para salir desesperadamente hacia el
coche mientras que la otra se afana en
buscar el lugar perfecto para depositar la siguiente bellota. Son esos los
momentos en los que, agachado, algo te hace girar la cabeza para regalarte la
impagable visión de un árbol que creías perdido y que empieza a brotar con la
fuerza propia de alguien que quiere agradecerte el haberle regalado la
oportunidad de la vida.
Hoy, pasado el tiempo, empiezo a comprender que mi única
misión como actor es la de permitir que las semillas expresen su potencialidad
para convertirse en aquello que sus genes les tienen deparado. En definitiva,
una confabulación perfecta en la que algo aparentemente inerte se articula como
un mecano biológico perfecto capaz de alterar su entorno y traer nueva vida en
aquellos lugares en los que esta había desaparecido. Es ese el momento en el
que en paz contigo mismo, y sabedor de que lo que haces es lo correcto, otras
personas se acercan para admirar tu labor y toman el testigo de la
mano de sus seres queridos, y es ahí cuando te sientes como un arrendajo que se
afana en extender el bosque, y comprendes el poder del ser humano para hacer
cosas buenas sin pedir nada a cambio.
Preciosas palabras José Carlos, al igual que la labor que haces. Enhorabuena amigo y sigue dándole vida a nuestra naturaleza que necesita a personas como tú. Un abrazo.
ResponderEliminarEres un visionario, todavía la gente no se ha dado cuenta de que ese es el camino, sembrar para evitar la desolación
ResponderEliminarOlé ese José Carlos ��������, una gran labor ke la Naturaleza te devolverá con creces. En otoño cuándo vayas a sembrar me avisas y si es por la zona del Rompido mejor, jeje. ������️
ResponderEliminarJosé Carlos, la hora ke he subido el comentario no es la ke aparece, lo he subido hace un rato sobre las 12de la mañana, Chao.Besos 💋💋
ResponderEliminarHace falta muchos seres humanos como José Carlos que se preguntan qué puedo hacer por Gaia para recuperar todo lo que la humanidad ha destruido él pone su granito de arena pero granito a granito nace una montaña gracias José Carlos
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